El Dr. Antonio Denia Lafuente y Dña. Belén Lombardero Pozas, de la Unidad de Sordera y Vértigo del Sanatorio de Ntra. Sra. del Rosario, han organizado y coordinado el I Simposio Internacional sobre ‘Detección, diagnóstico y tratamiento precoz de la sordera en la infancia’, celebrado en la Fundación Ramón Areces de Madrid los días 21 y 22 de Febrero de 2008
Hoy en día los niños sordos pueden aprender a hablar de forma natural si se les trata precozmente
La detección precoz de la sordera en la infancia en el primer mes de vida permite realizar el tratamiento más adecuado de los 3 a los 18 meses, periodo natural de aprendizaje en el que los niños comienzan a desarrollar el habla y el lenguaje. La estimulación auditiva con amplificación mediante el uso de audífonos constituye el tratamiento precoz más frecuente, existiendo actualmente métodos novedosos de adaptación objetivos e individualizados para que el rendimiento de los audífonos en bebés, incapaces de colaborar, sea óptimo. La verificación del resultado de los audífonos y la evolución del desarrollo del lenguaje determinarán si el niño debe continuar tratándose mediante amplificación, o si es candidato a ser tratado mediante implantes cocleares. Por ello, en general, los implantes cocleares no deben colocarse antes del año de vida.
Estas son algunas de las conclusiones del Simposio Internacional sobre ‘Detección, diagnóstico y tratamiento precoz de la sordera en la infancia’, organizado y coordinado por el Dr. Antonio Denia Lafuente, Director de la Unidad de Sordera y Vértigo del Sanatorio de Ntra. Sra. del Rosario, y por Dña. Belén Lombardero Pozas, Directora de la Sección de Audiología de dicha Unidad. El Simposio se celebró los días 21 y 22 de febrero en la Fundación Ramón Areces de Madrid, participando expertos de Estados Unidos, Canadá, Méjico, Venezuela y España (Programa del simposio).
Al Simposio asistieron 400 especialistas de las diferentes disciplinas relacionadas con el problema de la sordera en la infancia, incluyendo audiólogos, audioprotesistas, enfermeras, logopedas, neonatólogos, otorrinolaringólogos, pediatras y también padres de niños sordos.
Los expertos fueron unánimes al resaltar que hoy en día los niños sordos pueden tener la misma evolución de su lenguaje y aprendizaje que los niños oyentes, si el tratamiento esta ya instaurado en los periodos naturales en los que todos los niños comienzan a desarrollar el habla y el lenguaje escuchando e imitando las voces familiares y de su entorno. Para ello es imprescindible que la pérdida de audición se detecte antes del primer mes de vida, que su diagnóstico se realice antes del tercer mes de vida y que el tratamiento se inicie antes del sexto mes de vida.
En España existen ya programas de detección precoz mediante ‘screening’ o cribado auditivo universal neonatal que permiten identificar a aproximadamente el 95% de los recién nacidos con problemas de audición antes del primer mes de vida; dichos programas están ya implantados en algunas comunidades autónomas y en otras están en fase de implantación. El diagnóstico posterior requiere determinar el tipo y grado de la pérdida de audición y su causa, existiendo actualmente pruebas objetivas y subjetivas que nos permiten realizarlo antes de los tres meses de vida como se mostró durante el Simposio.
De esta forma el tratamiento puede iniciarse antes de los seis meses de vida. Siempre que se confirme que la pérdida de audición es irreversible, el tratamiento se realizará mediante la adaptación de audífonos. Para ello, como se enfatizó en el Simposio, deben utilizarse métodos objetivos e individualizados de adaptación y verificación audioprotésica, que junto a la alta tecnología de que disponemos hoy en día proporcionarán al niño la audición óptima para iniciar su aprendizaje. Este tratamiento deberá mantenerse durante un periodo mínimo de 6 a 9 meses en los que la evolución del niño determinará si la amplificación proporciona los resultados adecuados, o por el contrario el niño es candidato a tratamiento mediante implantes cocleares.
El Dr. Antonio Denia Lafuente destacó en sus conclusiones al término del Simposio, que en la actualidad disponemos en nuestro país de los recursos necesarios para evitar o minimizar los problemas relacionados con la sordera en la infancia, incluyendo una tecnología que avanza día a día, unos objetivos muy claros y el apoyo de las instituciones. No obstante, si queremos atender eficazmente y sin demoras las necesidades de todos los niños con problemas de audición y de sus familias, necesitamos más profesionales especializados en las distintas áreas y una coordinación perfecta de unos con otros. En definitiva, que la cadena multidisciplinaria de la detección, el diagnóstico y el tratamiento, incluyendo la orientación familiar y las pautas de estimulación, funcione en los periodos evolutivos más adecuados y críticos para la maduración del niño, sin interrupciones que comprometan su desarrollo.